miércoles, 30 de diciembre de 2009

Los cochitos

¡Brummm brummmm! Se pasaba Manolito las horas con su enorme colección de cochitos. Los había de todas marcas y colores, y se los conocía todos, todos.
Mamiluli estaba asombrada, y siempre que pasaba un coche por delante decía ¡Manolito! ¿qué coche es ese?
¡Renó cuato! Contestaba Manolito obediente y feliz ante la sonrisa de su madre.
Habló pronto y caminó tarde (a los 8 meses ya se hacía entender suficientemente bien, aunque no comenzó a caminar hasta pasado el año y medio), y de un modo u otro esto ha sido algo así como una constante en su vida.
¡Cómo disfrutaba colocando sus queridos cochitos en fila y en todo tipo de disposiciones cual ejército bien adiestrado! Los observaba con deleite, en silencio como siempre, dado que aún no habían aparecido en escena sus hermanas. Aún no. Pero pronto dejaría de ser hijo único. Y Mamiyaya aunque nunca paraba, siempre limpiando de aquí para allá o preparando la comida, o haciendo la colada, no se paraba a hablarle al peque, con lo que el ambiente era siempre callado y tranquilo.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Manolito

Manolito era un bebé payasete, cualidad que nunca le llegó a abandonar a pesar las adversidades. Papi solía grabar a Mamiluli y al peque en Super 8mm (lo que se usaba antes de que existiesen las cámaras de video, antes aún de las cámaras digitales...), y las grabaciones dan fe de esta tendecia payasil de Manolito.

lunes, 16 de noviembre de 2009

¿Por dónde empiezo?

Había una vez, un bebé bastante cabezón y siempre sonriente. Sólo mirarlo te daban ganas de reír de felicidad, porque sus ojillos te transmitían un bienestar y una alegría incomparables.
Su madre, Mamiluli, lo solía vestir con trajitos tipo peto, con sus tirantes y estampado de cuadros en su mayoría.
Nació en Diciembre, de madrugada. Y lo primero que llamó la atención de Mamiluli cuando lo vio fue lo grande y abiertos que tenía los ojazos.
Manolito, lo llamaron.